28 agosto, 2010

Había pasado mucho tiempo desde aquella tarde gris, la ruta, ella y su soledad. Aimé ya comenzaba a sentir la desazón de las ilusiones corroídas y el peso contundente de un sentimiento tan ajeno como propio.

Esta vez había aterrizado casi por casualidad en una ciudad grande y era algo así como un golpe de gracia del destino, que rayaba el sarcasmo premeditado de un pasado repetitivo que se negaba a abandonarla.Siempre rodeada de un sinnúmero de personas y sin embargo siempre sola.

Asomaba la tarde y ella estaba sentada en un banquito de un parada de micros como esperándolo, siempre a Él. Soñándolo despierta únicamente a Él.

La epifanía vino a ella como un furibundo recuerdo. Suspiró, secó una lágrima y enfundando un poco de coraje, partió a su morada de ocasión.

Mantenía abierto el destartalado librito marrón sobre una mesa.  Y su mano amenazaba con dejar caer algunas líneas:

 No olvidar de RECORDAR: del latín recordari, volver a pasar por el corazón.


Licencia de Creative Commons
Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Argentina .

01 agosto, 2010

Historia de amor

Quizá mi nombre es nuevo para ti,

quizá mi voz tan sólo son palabras.

Quizá tus labios duden frente a mí,

no saben que me besaron cada mañana.

Me ves y no me miras, me oyes sin escuchar

y yo como una niña, otra vez, me vuelvo a enamorar.

Confía en mí, volveremos a cruzarnos por la playa.

Volverá a llevarse el viento mi paraguas

y otra vez podrás poner sobre mi espalda tu jersey

y otra vez no hará falta decir nada.

LHDVG.